1/14/2007

Estados nación, Estados marcas

Para alguien que me conozca no resulta revelador que diga que en mi mochila llevo una chapita pequeña con la bandera de los Estados Unidos de América y un parche. Me falta una de Bruce pero nunca he encontrado... Bueno a lo que voy, es pequeña, pero hay gente que se fija como si de de verdad fueran buscándola desde el principio, increíble. Y luego vienen con el sermoncito de siempre, muy típico y tópico que no dice nada y que desvela una pobreza intelectual enorme. El primer caso de (me tomo la licencia de escribir como mi querido Pérez Reverte en el semanal de ABC) cenutrio es el que llega y me dice que si soy un puto judío, y yo como si me dicen ahora que el número pi es 3 exacto. Con su pelo de punta (yo también voy a ahondar en los tópicos ya que son de muy variadas clases todos), su chándal para salir (verídico) y sus nikes de colores extravagantes. El segundo espécimen es el que te asalta diciéndote que eres un imperialista de mierda y un asesino de palestinos, y yo esta vez como si viera a Rambo cogiendo arándanos. Este se me declara comunista con una camiseta del H & M con la estrella roja, unas Converse (del grupo Nike) y un Ipod en mano.
Vaya despropósito. Por eso me descubro ante la gente que de verdad sabe lo que quiero decir, es capaz de respetarlo y en cierto grado algunos lo entienden. Cada uno es libre de llevar en la mochila una chapa de lo que sea, como si lleva una de Snoopy, pero ¿que me diga algo un zopenco que lleva un parche de una marca supranacional?. Lo siento, no. Mis amigos saben que no soy belicoso (que irónico que soy) pero me gusta cebarme con lo que de verdad considero una descabellada estupidez. Es ser facha llevar una bandera, ¿qué es promocionar una marca que fabrica las zapatillas en países tercermundistas pagando salarios de miseria, esclavizando niños en algunos casos, e incluso dominando muchos de los países subdesarrollados que no levantan cabeza por su culpa? ¿Qué es? La idea de Nietzsche de que los Estados son las armas de los débiles y que impiden el desarrollo de los superhombres, de las individualidades es algo que las grandes marcas capitalistas (que por cierto se congratulan cuando hablan de su supuesta cooperación con proyectos para el desarrollo como arma de marketing) están levantando. Están despojando, ellos y los organismos económicos internacionales de las armas que tienen los Estados para proporcionar bienestar a los ciudadanos. Recortan todos los gastos sociales de los países africanos, asiáticos, latinoamericanos... en educación, sanidad... así el que tiene dinero puede ir a la escuela y el que no... ¡qué pena!, ¡pobrecito!. Dice el profesor García Fajardo en su libro "Encenderé un Fuego para Ti" que habrá que recuperar el sistema de Estado-Nación como estructura política cuando ya la creíamos superada y oxidada. Las grandes corporaciones, los grandes capitales son terroristas, no matan con bombas, dejan morir de hambre y miseria en una esclavitud no reconocida y con la complicidad del FMI o el Banco Mundial. Puede que mi digamos admiración por los Estados Unidos para estos casos sea injustificada y desmedida pero en un principio la idea fue esa, el colectivismo. Todos somos iguales dentro del Estado porque él nos proporciona a todos las oportunidades para ser felices que necesitamos (según recoge uno de los derechos de la Constitución americana, el derecho a buscar la felicidad). Las grandes marcas como las que llevan en sus parches significan el triunfo de los fuertes, la división entre winners & loosers como decía Sami Naïr en uno de los capítulos del documental de TVE "Voces contra la Globalización", y la idea de que el dinero da la felicidad. Enhorabuena por considerar progreso el cargaros las banderas para asociaros con logos que en la mayoría de los casos son feos. Gracias por el apoyo a los grandes estafadores y simios (pobres animales que los insulto comparándolos) del planeta. A los presidentes de Nike, Adidas, H & M o Vans no los elegimos...

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