3/20/2007

Los Sixers del futuro

Ya no está la gran estrella y jugador franquicia de Philadelphia durante esta última década. Aquel que los llevó a su último título de conferencia y a su última final de la NBA. Y tampoco el último que intentó hacer pareja con él en busca del título. Sin Iverson y sin Webber se encuentran los Sixers. Con ellos Maurice Cheeks se encontraba incómodo, ya el año pasado el ambiente del vestuario se hizo insostenible. Se les dio otra oportunidad. Las victorias no llegaron, y no fue ya Philly quien quiso echarlos, fueron ellos. Iverson pidió el traspaso y lo regalaron a los Nuggets. André Miller y Joe Smith no son nada comparado con él, aunque estén siendo los principales actores de la remontada sixer. Webber directamente fue despedido, rebajando 4 millones su salario para así poder volver a su casa, Michigan. En los Pistons sí que está rindiendo. Pero resulta que la marcha de 42 puntos, 13 rebotes, 11 asistencias y 4 robos por partido entre los dos no ha hecho caer (más aún) a la franquicia, sino que la ha hecho mirar a playoff. Los dos cracks que aportaban la mitad de todas las estadísticas del equipo no son echados de menos. Ahora incluso se ve más juego de ataque.
Pero si se perdió todo ese poderío interior y el liderazgo que aportaban, se ganó un base de verdad, de los mejores de la liga, que juega para repartir pases y ayudar en defensa aunque también puede anotar. Y Joe Smith, se ha unido a Steven Hunter y Shavlik Randolph para sustituir a Webber. Dalembert es feliz en la zona, no tiene que jugar para C-Webb, Hunter es su escudero y no al revés, con lo que el center de Haití se está forrando. Iguodala está sabiendo guiar a sus compañeros aumentando espectacularmente su rendimiento en los dos lados de la cancha. Y qué más se puede pedir con Kyle Korver saliendo desde el banco dispuesto a fusilar al contrario. No es que Cheeks tenga a sus órdenes a una plantilla de grandes talentos jóvenes como pudieran ser los Bulls del año pasado o los Blazers ahora; tiene a Iguodala y Korver. Pero Carney, Bobby Jones, Randolph o Louis Williams, secundones, están apuntando maneras y sobre todo tienen tiempo para jugar y para equivocarse. No obstante, la principal mejora ha sido el banquillo liberada de jugadores díscolos, donde hay un equipo de verdad. Lo más probable es que no alcancen la postemporada, pero al igual que ocurrió con los Magic del año anterior, el sabor de boca que están dejando es inmejorable. Y un mensaje para George Karl: ¡André Miller! ¿A quién se le ocurre desprenderse de él?

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